Muchas veces escuchamos esta frase… “La fe mueve montañas” Pero ¿Qué significa realmente tener fe?

Para mí, la fe no es solo creer cuando todo está bien. La fe es confiar incluso cuando no entiendes el por qué de lo que estás viviendo. Es saber que aunque el camino duela, Dios y los ángeles te están sosteniendo en cada paso.

Yo lo vivo cada día…

Te comparto desde mi corazón:

He vivido momentos de dolor, sacrificio, tristeza, lucha…

También he vivido alegría, milagros y bendiciones que nunca imaginé.

Y hoy puedo decir con certeza que todo lo que viví tenía un propósito.

Nada fue en vano.

Cada parte de mi historia lo difícil y lo bello me trajo hasta aquí.

Me ayudó a crecer, a despertar y a convertirme en la mujer que soy hoy.

Por eso siempre repito: “Suelto y confío.”

Porque aprendí que cuando sueltas el control, la fe comienza a hacer su trabajo.

La fe no te quita el dolor, te da fuerza para atravesarlo.

Tener fe no significa que nunca vas a llorar, que todo será perfecto o que no sentirás miedo.

Tener fe significa que aunque tiembles, sigues adelante.

Significa que eliges confiar en que Dios, los ángeles, los arcángeles y tus guías tienen un plan más grande para ti.

A veces no vemos el milagro al instante, pero la fe lo sostiene… hasta que florece.

¿Por qué la fe mueve montañas?

Porque cuando confías:

• Tu energía se eleva.
• Tu corazón se abre.
• Tu alma se alinea con el plan divino.
• Y todo comienza a acomodarse a tu favor.

La fe mueve montañas porque mueve tu interior.

Y cuando tú cambias por dentro, el universo entero responde.

Una frase para ti:

«La fe no hace que las cosas sean fáciles, hace que sean posibles.»

Con amor y guía angelical,

Adriana